Êlnim no quería incomodar a su nuevo amigo y no continuó hablando, pero al día siguiente preguntaría. No se durmió, esperó a que Ayäshán se durmiese para poder inspeccionar el gran palacio. A la elfa le sorprendió y le maravilló a si que en cuanto el caballo se durmió, se levantó y prendió una antorcha con el fuego de la hoguera que habían hecho y caminó ahcia lo que le pareció un gran portón de madera. Estaba cerrado pero había un hueco del portón que estaba roto y Êlnim se metió.
En un principio no se veía nada y olía a polvo, pero en unos segundos, Êlnim pudo alzar la vista y pudo ver que se encontraba en una especie de establo. Continuó hasta una pequeña puerta que llevaba a un gran pasillo con muchas habitaciones a los lados. La elfa decidió meterse en la más cercana pero la puerta tenía un gran candado. Le fue fácil quitarlo, pues por casualidad le cayó una llave en la cabeza al levantar la antorcha para ver el techo. Abrió la puerta y se quedó de piedra.
Era una sala enorme con caballos tallados en las columnas; y en medio de la sala una armadura reluciente de color plata. También había una espada también de plata con una ligera curvación a modo de espada élfica; un escudo con forma de los escudos típicos de Arda con una medialuna plateada y debajo la silueta de un caballo apollado en sus cuartos traseros en fondo negro y por último había una lanza con la punta enjarzada en oro y con la misma inscripción que tenía la espada.
Êlnim se acercó a la lanza e intentó leer, pero estaba en algún extraño idioma antiguo o de los hombres. Cogió la lanza y notó que era muy ligera y fácil de manejar; cuando escuchó por detrás un sonido familiar. Era Ayäshán que la miraba con una expresión profunda y muy serena pero seria.
- Es la armadura del rey Throdÿ de Vangathresh.- el gran animal se acercó a la armadura y la miró con añoro.- Yo era el encargado de proteger al rey y a la Cámara de Plata.
- ¿La llave me la pasaste tú?
- Claro que si. ¿Como la hubieras encontrado si no?.- respondió Ayäshán abriendo la boca.- Me la tragué para qu no la cogiese nadie. Mi intención era que ahora fuese a formar parte de ti, ¿te parece bien?.
- A mi me parece bien.- respondió la elfa.- pero no se si la conseguiré llevar con honor...
- Claro que si, ¿por qué te crees que te elegí a tí?.- dijo Ayäshán riendo.
Ayäshán le pidió a Êlnim que se la pusiese y en menos de cinco minutos tuvo todo puesto; la espada en la vaina, el escudo en la mano izquierda y la lanza en la derecha.
1 comentario:
Bueno,exlente este 2º capitulo! Ya va cogiendo forma la historia!!! Sigue asi!
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