miércoles, 23 de julio de 2008

Viajes entre mundos (III)

La tercera entrada que espero sea más larga...

Saludos! ^^



Capítulo III. A balazos



Nimloth se levantó al día siguiente con las extremidades entumecidas y la espalda dolorida. Vio que Entreri ya estaba listo, subido en su caballo.

- Vamos- urgió el asesino.

La elfa se levantó con celeridad y montó en el caballo tordo. Mantuvieron buen paso toda la mañana, con los caballos al trote o al galope, ya con fuerzas.

Entreri los conducía por el borde del cañón, esde donde se veía al fondo el río. El asesino, sin más ni más frenó en seco a su caballo. Nimloth, confusa, detuvo al suyo tambien. A los pocos segundos, una polvareda apareció en el horizonte. Entreri, como un resorte saltó de su caballo y tiró de Nimloth, con lo que la elfa casi cayó al suelo, pero los fuertes brazos de Entreri frenaron su caida, aunque solo para ponerla en camino al instante arrastrándola.
La elfa se equilibró y siguió al asesino. Éste la llevó hasta un conjunto de piedras y cactus cercanos. Los caballos al verlos, los siguieron. Se escondieron a duras penas entre los cactus y pedruscos.
Nimloth temía preguntar que era lo que habría visto Entreri, pero al final reunió valentía.

- ¿Por qué nos escondemos?- Entreri la miró friamente y volvió a otear el horizonte.- ¿Qué pasa?- Nimloth se asomó y vio que unos tanques se acercaban. Tanques de guerra.

Viendo la oportunidad de escapar, la elfa se liberó del brazo de Entreri y salió corriendo hacia fuera del escondite. Sin embargo no pudo dar ni dos pasos antes de que el asesino la agarrase y le propinase una bofetada con todo el brazo.

- Estate quieta aquí o la próxima vez será mi daga la que te cruce la cara.- prometió Entreri. Nimloth, sin dudar un segundo de las palabras del asesino se escondió.

Le dolía la cara y le sangraba la mejilla. Con cara de rabia miró a Entreri y de nuevo a su "escapatoria". Decidió que intentar escapar allí iba a ser dificil, si no imposible. Salió de sus pensamientos cuando el sonido de la maquinaria del tanque que pasaba a pocos metros hizo que los caballos se encabritasen.
Entreri maldijo por lo bajo y cambió de posición para agarrar a los caballos. Fue demasiado tarde. De uno de los tanques salió un soldado con ropa de camuflaje y con su rifle en ristre les habló algo.

- Wer sind sie und das hier tun? Contest.- les dijo el soldado.

Nimloth permaneció muy quieta. No sabía que decía, aunque parecía alemán o ruso...Entreri por su parte no parecía dispuesto a descifrar las palabras del soldado, así que no viendo el peligro en el rifle (le parecería una espada rara o una ballesta) se lanzó al ataque espada y daga en ristre.
Nada más se fue a impular para saltar hacia el soldado, sonaron dos disparos y Entreri cayó al suelo rabioso. Oyendo el ruido,los demás tanques pararon.
De cada uno de ellos salió otro soldado a preguntar.

- Es wird nicht mehr die Mühe, let's go.- se limitó a decir el que disparó.

Todos volvieron a entrar a los tanques y los pusieron en marcha. En poco, desaparecieron por el horizonte.
Nimloth, sin pensárselo dos veces corrió hacia los caballos y alcanzó uno. Se montó y le iba a espolear pero...Entreri se agarraba con una mano el abdomen y con la otra parecía agarrarse a la arena seca del suelo. Respiraba irregularmente y buscando aire, sin perder su mirada furiosa. Un hilillo de sangre le recorría la boca.
La elfa suspiró y se preguntó cuantas veces el asesino habría estado cerca a la muerte, y ahora, moría en otro mundo y por heridas de bala...o no. Nimloth bajó del caballo y se dijo a si misma que lo que la diferenciaba del asesino es que podía mostrar piedad.
Con pasos lentos se acercó a Entreri, temiendo la ira del asesino, pero parecía débil en ese momento y sin ganas de darle otra bofetada... Como Nimloth sabía de curación (su padre la enseñó) nada más postrarse ante Entreri miró donde le habían dado las balas. Una le había alcanzado cerca del hígado, seguramente, y la otra en el hombro.
La elfa acercó las manos dudosa a Entreri.

- Estas más loca de lo que pensaba...¿tienes camino libre y no escapas?- preguntó el asesino sobresaltando a Nimloth y con voz débil.

- ¿Dónde iría? No se ni donde estoy.- respondió Nimloth mientras acercaba la mano a la daga de Entreri. Éste rapidamente la agarró con firmeza- La necesito para sacar las balas...o morirás.

Con una mirada de desconfianza el asesino apartó su mano. Sabía que con la daga vampírica podría matarle en cualquier momento, pero, ¿qué opción le quedaba?
Nimloth rasgó la camisa de Entreri con la daga y vio la herida. Manaba mucha sangre y no tenía buen aspecto; si la bala había impactado en el hígado, sería una muerte lenta y dolorosa. La elfa puso cara de asco y comenzó a buscar la bala con un dedo. Pronto la sintió y la sacó con ayuda de la daga. Entreri dio un rugido de dolor pero no hizo nada por impedir la dolorosa curación.
Con la bala ya fuera, Nimloth se apresuró a cortar la hemorragia poniendo presión. Cuando cesó un poco, cortó tela de su capa e hizo lo mejor que pudo un vendaje.
Luego fue la herida del hombro. Esa bala había sido parada en casi su totalidad por el broche de la capa de Entreri y fue más fácil sacarla.
Cortó más tela de su capa y decidiendo que ya no le serviría de mucho la dejó a un lado para luego cambiar los vendajes de Entreri si sobrevivía o si se dejaba...
El asesino quedó inconsciente por el dolor y en reparador sueño.

1 comentario:

Anónimo dijo...

:O Ese Entreri... xD ya te lo agradecerá. xD
Me encanta la historia. Sigue asi.